Montblanc medieval
En la Montblanc actual, podemos observar el recinto amurallado mejor conservado de Cataluña
En el Siglo XII, el sur de la península ibérica estaba en manos del islam pese a los esfuerzos de los reinos cristianos del Norte. Ramón Berenguer IV llamado El Santo, Conde de Barcelona, Gerona, Osona y Cerdaña. Desde el Este, fue conquistando varios territorios que estaban bajo el poder del reino de Tifa. Específicamente, Tortosa en el 1148 y Lleida un año después.
El sur de la península iberia estaba en manos del islam pese a los esfuerzos de los reinos cristianos del Norte. Ramón Berenguer IV llamado El Santo, Conde de Barcelona, Gerona, Osona y Cerdaña. Desde el Este, fue conquistando varios territorios que estaban bajo el poder del reino de Tifa. Específicamente, Tortosa en el 1148 y Lleida un año después.
Su encomienda continuó hasta el último bastión del Al- Ándalus en Cataluña. Cuando en 1153 en las montañas de Prades, Beltrán de Castellet conquista las últimas tierras que conforman la llamada Catalunya Nova.
El Conde Ramón Berenguer IV, ordenó licencias libres de impuestos para los nuevos territorios conquistados, con el objetivo de repoblar la Nueva Cataluña cristiana libre de los invasores musulmanes. Pero aún continuaba la amenaza y luego de unos años se decidió construir un poblado fortificado que estuviese en el camino de Lleida a Tarragona.
Por tal razón Alfonso II rey de Aragón, decide mover el antiguo asentamiento conocido como Duesaigües, ubicado entre los ríos Anguera y Francolí, a la colina Pla de Santa Bárbara y fundar por la mano de Pere Berenguer de Vilafranca en febrero de 1163, Montblanc. Monte poco fértil en traducción del catalán medieval.
Montblanc, fue creciendo con rapidez en menos de diez años de su fundación ya tenía en un Castillo y una iglesia dedicada a Santa María (actual catedral). Además, se formarían diferentes barrios como el del Mercado con gran movimiento y actividad comercial.
En 1284 el poblado montblanquino tomó gran importancia en Cataluña, gracias a los privilegios reales por parte de Pedro el Grande hijo de Jaume I. Además, el éxito del poblado también se debe a su mercado y producción ganadera. Tal importancia llevo a que se celebraran diversas cortes del reino por casi un siglo.
La Muralla
En la Montblanc actual, podemos observar el recinto amurallado mejor conservado de Cataluña. Construido por Pedro III en 1633, tiene una longitud de 1500 metros los cuales rodean a la ciudad medieval.
En estos momentos sólo quedan en píe 17 torres de las 28 construidas. Es una de las obras de carácter medieval y militar más importantes de la historia catalana.
La Muralla medieval de Montblanc, fue declarada como Conjunto Monumental Artístico en 1947. Se puede subir a sus torres y realizar un corto recorrido por las almenas y ver el interior de la ciudad medieval.
Una ocasión esplendida para visitar ésta localidad, es cuando se escenifica la Semana Medieval, a propósito de la celebración de San Jordi a mediados del mes de abril.